El entrenador, Rubén Darío Insua, los observa con admiración. El coordinador de fútbol profesional, Matías Caruzzo, igual. Los jugadores, sentados en la sala de conferencias, escuchan con atención total. Esa imagen que se rescata en las entrañas del Bidegain también se repite en la pensión de juveniles, con el DT de la Reserva, Leandro Romagnoli, y con todos los chicos que ahí le dan forma a sus sueños…
Todo pasa porque familiares de Jacobo Urso cuentan la historia de ese jugador de San Lorenzo que el 6 de agosto de 1922, hace hoy justo 100 años, dejaba la vida por los colores. Es una historia conmovedora, que baja el mejor de los mensajes, porque combina valentía, amor por la camiseta azulgrana y un brutal sentido de pertenencia.
Carlos Carfagna (sobrino nieto de Jacobo Urso), Roxana Carfagna (sobrina bisnieta) y Gustavo Carfagna (sobrino bisnieto) recuerdan, dicen, puntualizan. El salto de Jacobo a cabecear contra dos rivales de Estudiantes de Buenos Aires. Un golpe en una costilla. El dolor inmenso. El pedido de todos para que saliera. Su negativa a dejar la cancha porque en aquella época no había cambios y no quería abandonar a sus compañeros. No hubo modo de convencerlo: completó el partido. Lo que no pudo evitar fue la internación luego en el Hospital Ramos Mejía y el diagnóstico médico cruel: la fractura de costilla le había perforado un riñón; se agravaba su estado de salud. Fiel a su estilo, Jacobo peleó, pero no pudo. Unos días después murió sin saber por supuesto todo lo que significaría en la historia de San Lorenzo.
Por algo se llama Jacobo Urso el museo ubicado en el primer piso de la platea Norte del Bidegain. Por algo un sector del Gasómetro de Avenida La Plata llevaba su nombre y apellido. Por algo los jugadores profesionales del Ciclón y quienes sueñan serlo primero eligen el silencio respetuoso y al final los aplausos agradecidos. “Muchas gracias por venir a contarnos la historia. Esto nos hace muy bien”, les dijo Nicolás Blandi a Carlos, Roxana y Gustavo Carfagna, quienes volvieron a emocionarse.
Antes de entrar en acción, los familiares de Urso habían sostenido una linda conversación con Insua en la nave del Gasómetro, a la que en un momento se sumaron Romagnoli y Gonzalo Prósperi. Más tarde, Pipi resumió: “Me pone muy contento que lo reconozcan de esta manera a Jacobo Urso. Es un emblema de un club, dejó un legado. Que recuerden así a un jugador como fue él me pone muy feliz. Es el sentido de pertenencia que queremos inculcarles a todos en San Lorenzo. Es un gran ejemplo para los chicos, para los juveniles. Deben conocer esta historia, el museo que lleva su nombre. Deben saber la inmensa historia que tiene este club”.