Llegó a los 11 años proveniente de un club de Baby Fútbol, pero al poco tiempo con edad de Prenovena quiso irse del club. "San Lorenzo estaba muy mal, no había instalaciones y pocas posibilidades para los chicos nuevos. Por suerte, con la llegada de la nueva dirigencia y los nuevos coordinadores, cambió todo."
A sus 17 años, Ramiro juega en la sexta que hizo un gran campeonato y a dos fechas del final aún le sigue peleando el título a Boca Juniors. Además, se había ganado un lugar en la Reserva aunque un esguince de rodilla lo marginó un tiempo de las canchas y ahora busca recuperar su lugar.
Su familia está compuesta por su papá, su mamá y sus hermanos, que siempre presentes tratan de ir a verlo cuando juega y lo aconsejan constantemente. "Luego del partido con Colón, mi papá me dijo que un chico de Colón tenía los botines rotos y entonces yo que tengo la suerte de tener contrato con Nike le di los míos. Pensé en cuando jugaba al baby, que jugaba con chicos que ni tenían zapatillas. Mis papás siempre me dicen que trate ser una buena persona y están encima para que haga las cosas bien."
Viajó por primera vez en avión en el año 2015, jugando para la octava, a disputar un torneo en Manchester y luego al Sudamericano Sub 15 en Colombia con la Selección Argentina. "Fueron dos hermosas experiencias, en la Selección pensaba que me iban a citar sólo dos semanas para entrenar y terminé viajando."
Afirmado como lateral izquierdo de su categoría, ansía con volver a integrar el plantel de Reserva y sueña con seguir en San Lorenzo mucho tiempo más.