Filomeno está mirando el cielo. De fondo llueven abrazos de todo tipo. No se escucha lo que hablan, ni unos con otros, porque el grito de gol retumba en la cancha y envuelve a los protagonistas en forma de eco. Filomeno mira, inmóvil, el cielo. Los compañeros lo abrazan, el sonríe. Y mira el cielo encapotado. Parece que lo sabe: San Lorenzo volverá a ganar.
Pero el triunfo tuvo más que un siemple gesto del goleador, porque fue un partido durísimo. Ya desde el comienzo se iba a ver a un Temperley más vertical, rápido y conciso y un San Lorenzo que intentaba desgastar al Celeste con su mejor arma: la tenencia de la pelota. En un primer tiempo chato, las más claras fueron para el Ciclón, la primera en un tiro libre del Pipo Gorosito que despejó el arquero rival y la segunda, un remate de Filomeno que se fue cerquita.
En el segundo tiempo, el Ciclón seguía dominando el balón, pero le faltaba ser más punzante cuando llegaba a posición de ataque. Por eso el Flaco Graña mandó a calentar al Beto Ortega Sánchez que, una vez dentro del campo de juego, se empezó a asociar con Gorosito y a manejar los hilos del juego. San Lorenzo cada vez hacía más méritos para llevarse el triunfo, pero el grito sagrado se iba hacer esperar: en la última jugada del partido, Antonelli se escapó por la banda derecha y puso un centro como con la mano para que Filomeno flote en el aire y meta un testazo al ángulo. Golazo, 1-0, pitazo final y los tres puntos que se van para Boedo. El noveno triunfo al hilo para seguir en lo más alto de la tabla de posiciones.
Ahora San Lorenzo llega a los 25 puntos en el campeonato (puntaje ideal), nueve unidades más que River, el actual escolta. Pero en la próxima fecha no hay que dormirse, porque se viene un duelo clave: el lunes, en Ciudad Deportiva -horario a confirmar- el Ciclón enfrentará a Boca en un nuevo clásico Senior.
Once inicial: Monasterio; Antonelli, Duró, Benito, Navarro; Calabria, Molares, Gaitán, Escudero; Gorosito y Filomeno. Ingresaron: Ortega Sánchez, González y Coria.
¡Vamos, Ciclón! Sigamos soplando para soñar cada vez con más fuerza.