Hizo un gran partido el Ciclón. Con presión, orden, garra, concentración. Y fútbol, claro, que nació de los pies de Matías Reali e ilusionó a Cuervos y Cuervas en la noche del Bidegain. Sin embargo, a pesar de merecer más, fue empate la ida de los octavos de final de la Conmebol Libertadores. Un1-1 ante Atlético Mineiro que nos dejó con sabor a poco.
Bien plantado, San Lorenzo no le daba espacios al rival. Y a los 16 minutos, Reali armó una gran jugada por la izquierda, tiró un centro perfecto para el ingreso de Cuello que, con un certero cabezazo, hizo estallar al Bidegain. Un 1-0 muy merecido, que el equipo sostuvo con solvencia en esa primera mitad.
En el complemento, a pesar de que los brasileños empezaron a tener más la pelota, San Lorenzo no pasaba sobresaltos. Bien abroquelado, se preparaba para definirlo de contra. Pero a los 12, Paulinho aprovechó un rebote para marcar el empate, inesperado e inmerecido.
El Ciclón sintió el golpe. Y luego Pipi recurrió a Barrios y Bustos, para tratar de volver a ganar protagonismo. Sobre el final, San Lorenzo volvió a presionar, intentó y merodeó el área de Mineiro. Pero el 1-1 no se movió. La serie de octavos se definirá el próximo martes a las 21.30, en Belo Horizonte. ¡Vamos que se puede, Ciclón!