#Balance2019

De Boedo a lo más alto del mundo

San Lorenzo volvió a tener un año glorioso con la obtención de su cuarto título consecutivo de la Liga Nacional, el bicampeonato de la Liga de las Américas y otro partido en la NBA, en este caso ante Cleveland. La bandera azulgrana, siempre en lo más alto.

De Boedo a lo más alto del mundo

El básquet de San Lorenzo es la rutina de lo extraordinario. La obtención de logros, temporada tras temporada, hizo que salir campeón se volviera parte de la vida cotidiana. Y en 2019 se escribió una nueva página de un libro que arroja muchos títulos y copas, y que no para de enorgullecernos. En este caso fue primero la Liga de las Américas, con el Final 4 organizado en Boedo, que volvió a delirar al compás de la naranja. Y con el grito al unísono, eufórico, incansable de todas las Cuervas y los Cuervos, se consiguió el ansiado Bicampeonato. Después, el Ciclón se quedó con la Liga Nacional, con una serie final agónica ante Instituto que se definió en el séptimo encuentro. Pero eso no es todo: la expansión internacional continuó y el Ciclón formó parte de la Copa Intercontinental, el torneo más prestigioso otorgado por FIBA; y también el NBA G-League Challenge, donde se midió ante el Bayern Munich y Flamengo; y la frutilla del postre: el duelo ante Cleveland Cavaliers, en los Estados Unidos, la segunda participación azulgrana en la competencia más importante del deporte. Historia pura.

Todo había comenzado con una exigente pretemporada. Y luego el año inició con la disputa de la Liga Nacional y la Liga de las Américas. El camino previo del Ciclón en el certamen local arrojaba cuatro triunfos en cuatro partidos. Arrasador. Luego, en el plano continental sorteó rápido la primera rueda con triunfos ante San Martín de Corrientes y Mogi Das Cruces. Pero de reojo, el plantel miraba lo que sería una cita histórica y que se vendría pronto: la Intercontinental. El 15 de febrero, el equipo que dirigía Gonzalo García cayó ante el AEK Atenas, el campeón europeo, en la competencia más prestigiosa organizada por FIBA. No obstante, después venció a los Austin Spurs, el conjunto de los Estados Unidos, y se subió al podio del básquetbol intercontinental.

El calendario continuó con el doble compromiso ajustado: muchos viajes, giras difíciles y compromiso tras compromiso. De todas maneras, el plantel respondió siempre de gran manera y a base de triunfos, la ilusión se fue incrementando. En marzo se jugaron las semifinales de la Liga de las Américas y San Lorenzo arrasó primero a Las Animas de Chile y después a Capitanes de Puerto Rico para sacar pasaje al Final Four. Aunque en el último capítulo de la serie cayó ante Guaros de Venezuela la ilusión estaba intacta. Y claro: había con qué. 

Pasaron poco más de dos semanas (y en el medio más encuentros de la Liga local) para que San Lorenzo volviera a ponerse en modo copero y afrontar la chance de alcanzar el Bicampeonato. ¿El escenario? Boedo, que auguraba estar colmado. ¿El primer duelo? Paulistano de Brasil, un duro rival. Pero San Lorenzo brilló, lo venció por 76-58 y sacó boleto para la final de América, donde esperaba Guaros de Venezuela, equipo que ya le había ganado. En otra noche de gloria, con la gente acompañando, cantando, delirando, festejando, el conjunto azulgrana se impuso agónicamente por 64-61. El Ciclón tuvo que revertir 10 puntos en el último cuarto para levantar la Copa y que las gradas estallaran de felicidad. Una nueva estrella a la vitrina, pero había que seguir por más. 

Con un calendario cada vez más ajustado, con poco tiempo que descanso y con la esperanza cada vez más grande, San Lorenzo llegó a mayo rompiendo su récord en la fase regular de la Liga Nacional. Finalizó en lo más alto de la tabla de posiciones con 32 triunfos en 38 partidos, la mejor marca del club y la segunda en la historia del básquet argentino. Con un envión absoluto, y algunas bajas por la exigencia física, el Ciclón afrontó los playoffs de gran manera: limpió primero a Hispano 3-0, luego fue 3-2 en una serie apasionante ante Boca y 3-1 a Ferro en semifinales de manera contundente. Y a otra cita por un título. Del otro lado, Instituto, que también venía arrasando durante el año. Promesa de partidazos.

En la serie final, San Lorenzo ganó los tres partidos en Boedo y cayó en todos de visitante, por lo que forzó un encuentro definitorio en el Polideportivo. El Ciclón hizo valer la historia, jugó un partidazo y con un triunfo por 79-71 alcanzó el Tetracampeonato de la Liga Nacional. El plus de jugar en casa. El corazón de campeón de un plantel que dejó todo en la cancha y otro sueño que se hizo realidad. ¡Dale, campeón!

El descanso trajo vientos de cambio en San Lorenzo. Jugadores que se fueron, la llegada de Facundo Muller como director técnico y varios refuerzos en todas las líneas. Un detalle importante: el equipo abrió las puertas a los entrenamientos en dos oportunidades y comenzó a sentir de cerca el calor de la gente. Después, emprendió vuelo a Uruguay para disputar el NBA G-League Challenge, una competencia organizada por la NBA, donde se enfrentó al Bayern Munich y al Flamengo. 

Por otro lado, la Selección Argentina tuvo una participación histórica en el Mundial de Básquet: se quedó con la medalla dorada, le ganó a Serbia y a Francia (dos potencias), y despertó la pasión de todo un país que acompañó a la distancia cada duelo que le tocó afrontar a la Albiceleste. Y de yapa, tuvo las presencias de dos Cuervos: Máximo Fjellerup y Agustín Cáffaro, reciente refuerzo. "Ahora cambiamos el chip y sólo pensamos en los desafíos que se vienen con la camiseta de San Lorenzo", dijo Máximo cuando volvió a Boedo para el Media Day institucional y se llevó el aplauso de compañeros, dirigentes y los medios de comunicación presentes en el evento. 

Y como si esto fuera poco, faltaba uno de los compromisos más lindos: San Lorenzo volvió a la NBA para enfrentarse a los Cleveland Cavaliers, en el Rocket Mortgage Fieldhouse, que se inauguraba con esa cita. La ciudad empapelada, el bautismo del Ciclón como los Boedo Ravens y un desarrollo de encuentro a la altura de la circunstancia. Esos son los momentos que denotan que los sueños se hacen realidad y aunque lo extraordinario parezca rutina, no lo es. De Boedo, a lo más alto del mundo.

Ahora el fin de año llega con San Lorenzo en el podio de la Liga Nacional producto de 8 triunfos en 11 juegos, en el Final Four del Súper 20 y en cuartos de final de la Basketball Champions League Americas (ex Liga de las Américas), donde tiene puntaje ideal: 4/4. La próxima Intercontinental ya tiene sede: será del 7-9 de febrero en Tenerife y los clasificados son: Valley Vipers (USA), Virtus Bologna (Italia) y el anfitrión Iberostar Tenerife. No obstante, las ilusiones siempre recaerán en continuar con el hilo de gloria, seguir cumpliendo sueños y que la rutina siga siendo lo extraordinario. ¡Enorme, Ciclón!


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